Un salto de 80 BPM a 120 BPM
A finales del siglo pasado se daba un fenómeno social y musical muy especial del cual forme parte en el mero ápice de mi adolescencia. Hacia unos años que mi generación venia explorando formas alternativas más saludables a la ya conocida embriaguez etílica. En aquella época se fumaba “paraguayo”, es decir, flores de cannabis sativa prensada que provenían de Paraguay. Dicho prensado se obtenía muchas veces en altos estado degradado y adulterado. Fumar cannabis en aquella época era algo que solo realizaba una minoría marginada, la cual todavía no tenia fácil acceso a las poderosas semillas de autocultivo, que prometían cosechas tempranas y sobre todo, seguridad para la propia salud. Recuerdo muy amorosamente en mi corazón como mi vinculación con la planta se potenciaba con la música “reggae” de Bob Marley, la playa y la naturaleza. Había algo en esa música que servía de catalizador para tener conexiones muy profundas conmigo mismo. Incluso canciones como “Natural myst...